Durante las últimas décadas, el número de exodoncias, o extracción de piezas dentales, ha disminuido mucho, pero se siguen llevando a cabo.


La causa más común para la extracción de un diente sigue siendo su destrucción debido a la caries, aunque también puede producirse por infecciones crónicas, por la necesidad de facilitar la construcción de una prótesis dentaria, o durante tratamientos de ortodoncia en los que las malposiciones dentarias producen una gran falta de espacio.


Según la posición y el tamaño de la pieza dental, así como su grado de destrucción la extracción dental será simple o compleja. Sea uno u otro el caso, tras la intervención cabe la posibilidad de que el odontólogo prescriba analgésicos, antiinflamatorios o antibióticos.



Cuidados

Debido al efecto anestésico, entre 2 y 4 horas después de la intervención el paciente tiene los labios y la lengua insensibilizada, por lo que podría morderse sin sentir dolor. Es preferible no comer durante este intervalo de tiempo, y una vez desaparecidos los efectos de la anestesia será mejor comer alimentos fáciles de masticar. Asimismo, se evitarán comidas excesivamente calientes que puedan irritar la zona operada.


Procurar una buena higiene de la zona bucal debe ser una prioridad tras la extracción de una pieza dental si se quiere evitar una posterior infección. Puede cepillarse los dientes con un cepillo de dientes suave, específico post-cirugía (cepillo cirugía o ultrasuave), yendo con especial cuidado alrededor de la zona afectada. También puede realizar enjuagues con clorhexidina. En caso de que el sangrado persista o note signos de infección, debe consultar de nuevo al odontólogo. Los pacientes fumadores han de evitar fumar durante las 24 horas posteriores a la extracción, facilitando así la correcta formación del coágulo.



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