El estrés y los problemas dentales

El estrés es una situación en la que sobrecargamos a nuestro cerebro con demasiadas tareas o problemas que queremos que sean resultas en un breve plazo de tiempo, causando angustia, nerviosismo o incluso ataques de ansiedad o de pánico.

El estrés ha sido relacionado con diversos problemas de salud. También hay que tener en cuenta que el estrés pueden dañar tus dientes y ocasionar problemas en la articulación de la mandíbula. Te explicamos el por qué y el cómo.

¿El estrés puede afectar a mis dientes?

El ritmo actual que llevamos en nuestra vida diaria puede originarnos diversos problemas aunque en muchas ocasiones no somos conscientes de ellos.

El estrés tiene un gran impacto en nuestra salud buco-dental, por lo tanto, sí, el estrés puede afectar a tus dientes.

Una tensión constante y la ansiedad pueden afectar no solo a nuestros dientes y encías; En este artículo te explicamos la relación existente entre el estrés y nuestra salud.

El estrés: En qué consiste y sus síntomas

La palabra estrés viene del griego “stringere” que significa apretar o tensionar. Este estado, físico y/o emocional, puede ocasionar diferentes trastornos en nuestra salud.

Los síntomas del estrés pueden afectar a nuestra salud general, a nuestras emociones e incluso a nuestro comportamiento.

Si no controlamos nuestro estrés, este, puede desencadenar problemas de salud tales como la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes,… y problemas buco-dentales.

Los síntomas o efectos del estrés pueden ser:

  • Cefaleas o dolor de cabeza.
  • Aceleración del pulso.
  • Ansiedad.
  • Aceleración del ritmo cardíaco.
  • Tristeza o depresión.
  • Dificultad para concentrarnos (a la concentración).
  • Dolores cervicales.
  • Cambios de humor y sentimientos inestables.
  • Alteraciones del sueño.
  • Sensación de cansancio acentuada.
  • Problemas gástricos.
  • Dolores musculares.
  • Problemas o patologías dentales.

Asimismo, el estrés puede comportar:

  • Que comamos más y de forma más desordenada o al contrario, que perdamos el apetito y nos alimentemos demasiado poco y mal.
  • Que tengamos un carácter más retraído y arisco.
  • Una reducción de la actividad física, es decir, que hagamos menos ejercicio.
  • En personas fumadoras, que estas aumenten el consumo de tabaco.
  • Que cuidemos menos de nuestra salud general y buco-dental.

LHay una clara relación entre el estrés y la salud de nuestros dientes y encías, por ello, deberemos tratar nuestro estrés y nuestra salud buco-dental de forma integral.

¿Cómo afecta el estrés a mi salud buco-dental?

El estrés podrá provocarnos:

Gingivitis

La gingivitis es la inflamación de las encías generalmente causada por una deficiente higiene o unos correctos hábitos de higiene buco-dental (cepillado). Las personas que padecen estrés prestan menos atención a sus hábitos de higiene dental y ello puede comportar no solo esta patología, sino que asimismo, el sangrado de las encías.

Una gingivitis no tratada a tiempo en la consulta dental podrá derivar en una periodontitis.

Periodontitis

Como hemos esbozado anteriormente, esta es causada casi siempre por una gingivitis sin tratar correctamente y una falta de higiene buco-dental.

La periodontitis puede originar la movilidad dental y la pérdida prematura de los dientes. Esta es una patología crónica, es decir, se deberá controlar y tratar de forma periódica en la consulta dental.

Bruxismo

El bruxismo es la para-función de apretar o rechinar los dientes de forma consciente o inconsciente, diurna o nocturnamente.

El bruxismo puede originar principalmente:

  • Desgastes anómalos y prematuros de los dientes.
  • Fracturas y fisuras dentales.
  • Hipersensibilidad dental.
  • Dolores maxilares y dentales.
  • Dolores cervicales.
  • Dolores articulares (de la articulación temporo-mandibular o ATM).
  • Cefaleas.

¿Cómo puedo evitar los efectos del estrés en mis dientes?

Te recomendamos:

  • Realizar revisiones periódicas en la consulta dental, al menos, una vez cada seis meses. Siempre la prevención será el mejor de los tratamientos y una visita a tiempo puede evitar dolores dentales, procesos infecciosos, tratamientos más largos,…
  • Mantén unos correctos hábitos de higiene buco-dental. Cepilla bien tus dientes al menos dos veces al día durante tres minutos, tras las comidas y tras ello, utiliza la seda o el hilo dental.
  • La higiene es clave para una correcta salud buco-dental y para evitar gingivitis y periodontitis.
  • Asimismo, una vez al año, todos, deberemos realizar una tartrectomía o una higiene en nuestra consulta dental.
  • Si presentas aftas o llagas de forma recurrente consulta con un dentista o con tu médico.
  • Mantén una dieta sana y equilibrada. Esta tiene un impacto directo en tu salud general y dental.
  • Evita el consumo de alcohol y de tabaco.
  • Reduce las bebidas con cafeína o teína.
  • Si presentas bruxismo, este se deberá tratar y controlar en la consulta dental.

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