Dulce
Un sabor dulce indica, no solo la presencia de azúcar sino de carbohidratos. El azúcar y sus similares (sintéticos y naturales) son una fuente de energía necesaria para el cuerpo humano. Sin embargo, bien se conocen las consecuencias de su abuso. Especialmente de las azúcares refinadas.
Este sabor se detecta en las papilas gustativas de la punta de la lengua.
Salado
El receptor más básico en la boca es el que detecta el cloruro de sodio y potasio. Es decir, la sal. La sal es un componente necesario para la dieta humana ya que permite la hidratación, además, maximiza el sabor de los alimentos. Por ejemplo, cuando se agrega sal a un platillo dulce, las notas de azúcar son mucho más fuertes y distinguibles.
Este se percibe en las papilas gustativas a los lados de la parte delantera de la lengua.
Ácido
El mecanismo en nuestras bocas que detectan el sabor salado es similar al que detecta lo ácido. En este caso, lo que se detecta son iones hidronio, que se forman al haber ácidos en la composición de la comida. Este proceso causa una reacción química en nuestras bocas que provoca esa sensación que nos dan las comidas agrias.
Lo ácido se encuentra en frutas cítricas (limones, naranjas) y productos obtenidos a través de la fermentación. Cuando piensas en comerte unas jícamas con limón y chile y sientes agua a la boca, simplemente es tu cuerpo preparándose para esa interacción.
La lengua lo detecta a través de las papilas gustativas a los lados en la parte de atrás de la lengua.
Amargo
La percepción de los sabores amargos es algo que le ha salvado la vida a la raza humana. Esto es debido a que muchos compuestos amargos suelen ser tóxicos para el cuerpo. Y es un poco por esto que reaccionamos con cara de desagrado ante los sabores amargos; nuestro cuerpo saben que es algo que no deberíamos comer. Aún así, hay ciertas cosas que sí disfrutamos con este sabor. Por ejemplo, el café, el chocolate (con alta concentración de cacao) y la cerveza.
El sabor amargo lo percibimos gracias a las papilas gustativas en la parte posterior de la lengua.
Umami
El último sabor es uno que se puede describir como “lleno de sabor”, sabroso o, a veces, “grasoso”. De hecho, es una palabra en japonés cuyos caracteres significan “sabor delicioso”.
A los inicios del siglo 20, un químico japonés intentó identificar el perfil de sabor de los espárragos, queso y carne. Pero no pudo hacerlo con ninguno de los cuatro sabores bien conocidos. Lo que señaló como ese sabor extra en estos alimentos era la presencia del ácido glutámico. Este sabor ahora es conocido como umami y se detecta en el centro de la lengua.
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