Hasta un 80% de la población española lo padece al menos una vez en la vida. Migrañas, cefaleas, dolor en la columna vertebral, dolor de oídos, vértigos, mareos… pueden estar detrás de tu hábito involuntario de hacer rechinar los dientes
Es como estar durmiendo con tu enemigo. De hecho, se la conoce como la “enfermedad silenciosa”, ya que se manifiesta mientras dormimos
El estrés, la ansiedad y los trastornos del sueño son las causas más frecuentes
No somos conscientes de ello, pero hasta un 80% de la población española padece bruxismo al menos una vez en la vida. Migrañas, cefaleas, dolor en la columna vertebral, dolor de oídos, vértigos, mareos… El origen de cualquiera de estos problemas puede estar detrás de tu hábito involuntario de rechinar los dientes o apretar fuertemente las mandíbulas. Y para colmo de males, es una patología que en tiempos de crisis se agrava.
“El bruxismo es una enfermedad compleja que tiene su origen en una zona del cerebro que se llama sustancia nigro-estriatal y núcleos putaminales, que provoca una hiperactividad de los músculos masticadores”.
Por lo tanto, no es una enfermedad de los dientes, como se pensaba antes, sino que son éstos junto con la articulación temporo-mandibular (la que une la mandíbula al cráneo), los que sufren las consecuencias de un exceso de actividad muscular. El hecho de que suceda con mayor frecuencia mientras dormimos (solo entre el 20-25% de los adultos son bruxistas diurnos), hace que su diagnóstico sea más difícil. Pero se cree que puede estar ocasionado por tres motivos. El primero es de carácter morfológico, es decir tener posibles alteraciones en la oclusión dentaria y anormalidades articulares y óseas.
El segundo está ligado a factores patofisiológicos, o lo que es lo mismo tener una química cerebral alterada. Y el tercero está relacionado con factores psicológicos: desórdenes psicosomáticos, ansiedad y estrés emocional o físico. Además hay otras cosas, como el hábito de fumar, la herencia (se ha visto que entre el 20 y el 46% de las personas con bruxismo tiene algún miembro en su familia que también rechina) o sufrir algunas enfermedades que podrían desencadenarlo. En definitiva, “al igual que sucede con otras enfermedades y afecciones, el bruxismo se tipifica como una enfermedad multifactorial, en la que entran en juego varios factores generales y locales”.
Si experimentas dolor en las mandíbulas, en las cervicales o en los oídos, frecuentes cefaleas, desgaste de los dientes e hipersensiblidad a los alimentos fríos o calientes, es hora de que te vayas planteando que el bruxismo puede ser la causa de tus males. Además, “el dolor en la articulación temporo-mandibular o el aumento de tamaño de los músculos maseteros provocan la aparición de la “cara cuadrada” como consecuencia de la hiperactividad muscular mantenida”, añade el experto. La mejor manera de salir de dudas es acudir a un especialista que confirme tus sospechas. “Se confirma con la realización de una historia clínica y una exploración física. Aunque para tener un diagnóstico más exacto o en los casos más extremos se puede utilizar una polisomnografía (PSG), una prueba utilizada habitualmente en el estudio del sueño”, cuenta el cirujano maxilofacial.