El estrés: Definición y causas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como el “conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”. Si bien esta definición puede resultar parcialmente positiva porque el estrés actúa como un estímulo de alerta y prevención, también puede ser negativa porque puede producir cambios en el funcionamiento normal del organismo. Y estas consecuencias físicas y emocionales también afectan a la salud bucodental.
De este modo, nuestro cerebro recibe una acción que evalúa como amenaza, por lo que se activan las glándulas suprarrenales que liberan hormonas, como la adrenalina y el cortisol, que van directas al torrente sanguíneo y generan varias reacciones en el cuerpo. Esto provoca que se acelere la respiración, aumenten las pulsaciones y que los músculos se tensionen.
¿Qué causas pueden generar estrés?
Los estímulos desencadenantes del estrés aparecen como alarmas de prevención de nuestro cerebro a futuras situaciones y pueden ser de distinta índole:
- Estímulos externos: Ambientales dañinos (contaminación, ruido) amenazas, presión económica
- Estímulos internos: Pesimismo, mal humor, impotencia
- Estímulos sociales: Presión social, cambios vitales (pérdidas humanas, mudanzas, ascensos)
- Estímulos diarios: Cambios pequeños y constantes en el día a día (alteraciones meteorológicas, esperas, tráfico)
¿Por qué el estrés puede influir en los dientes?
El estilo de vida actual de nuestras sociedades modernas trae consigo una mayor carga, progresiva y silenciosa, de estrés y ansiedad que afectan a la salud de las personas, y también a su salud bucal.
A continuación, explicaremos algunas de las consecuencias que pueden aparecer por causa del estrés. Asimismo, lo realmente preocupante es que los efectos del estrés no son fáciles de detectar hasta que el estado de salud bucal empieza a considerarse como grave o ya se encuentra en un estado avanzado.
En primer lugar, cuando el cuerpo está sometido a un estrés uno de los primeros problemas es que la persona suele abandonar sus hábitos saludables porque restablece sus prioridades:
- Los hábitos alimenticios tienden a empeorar, ya que se suele comer “cualquier cosa” rápida y que sacie, como bocadillos o comida preparada. También es habitual consumir más bebidas carbonatadas o energéticas, que contienen azúcar, y, por tanto, ayudan a la aparición de caries dentales.
- Se suele fumar más frecuentemente para descargar tensiones internas.
- Se genera inconscientemente una falta de atención a las rutinas bucales, como los cepillados y la seda dental, lo que deriva en un crecimiento de bacterias.
Problemas bucales relacionados con el estrés
Hay que pensar que cada parte del cuerpo siente el estrés de forma distinta, también nuestra boca. Algunas de las enfermedades bucodentales que puede agravar el estrés, y que están muy relacionadas con la sensibilidad dental son:
- Enfermedades periodontales: El dolor dental o la sensibilidad dental puede estar relacionado con la gingivitis, que provoca inflamación, sangrado de las encías, debido al acúmulo de placa y que puede complicarse a causa de la hormona del estrés, el cortisol. Así mismo, Los síntomas del estrés, como la falta de atención, la prisa, etc. también pueden llevar a empeorar la eficiencia del cepillado, lo que puede ocasionar una mayor acumulación de residuos en las encías y su inflamación. Del mismo modo, el estrés puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de periodontitis, que implica la pérdida de soporte de los dientes y en última instancia la pérdida del propio diente.
- Bruxismo: Otra de las enfermedades más conocidas como síntoma de estrés. El bruxismo es la acción de rechinar los dientes o apretarlos durante el día y/o la noche, un problema que puede desencadenar en sensibilidad dental, ya que se desgasta el esmalte dejando la dentina expuesta a los estímulos (como alimentos muy fríos, calientes o ácidos). Así, en el momento del cepillado, esto produce un dolor dental desagradable.
¿Cómo cuidar la salud bucodental?
Para evitar las consecuencias del estrés, antes hay que ser consciente de las causas que originan este problema. Asimismo, apostar por una buena higiene bucal siempre será una garantía para evitar problemas derivados de ella. Por este motivo, recomendamos:
- Acudir al odontólogo: Es importante realizar las visitas periódicas para detectar posibles problemas y asegurar que no se agraven.
- Realizar ejercicio regularmente: Puede ayudar a liberar tensiones, a mejorar la condición física, a fortalecer el sistema inmunológico y a recargar energías.
- Seguir una alimentación saludable: Evitar en la medida de lo posible consumir azúcares y/o ácidos y fomentar la ingesta de alimentos ricos en fibra y derivados de la leche.
- Ser consciente de los malos hábitos: Morderse las uñas o masticar objetos que pueden ser dañinos para el diente contribuye a desgastar el esmalte de los dientes, lo que puede promover la aparición de la sensibilidad dental.