Todos sabemos que hay que cambiar de cepillo de dientes cada tres meses, que debemos enjuagarlo después de usarlo, dejar que se seque al aire libre, no compartirlo con nadie ni dejar que entre en contacto con el de otra persona, pero ¿es esto suficiente? Hay que tener en cuenta que lo dejamos en una de las zonas con más bacterias y humedad de la casa, así que tenemos que realizar una limpieza extra.
Como hemos dicho, hay que realizar una limpieza extra una vez a la semana, además de enjuagarlo tras cada uso, Existen diferentes modos de desinfectarlo, todos igual de efectivos y que podemos encontrar en casa:
- • Agua y vinagre. Después de usar el cepillo, lo enjuagamos debajo del chorro de agua caliente y, a continuación, lo metemos en un vaso con vinagre blanco durante 2 horas. Una vez pasado el tiempo, lo volvemos a enjuagar con agua fría y dejamos que se seque al aire. El vinagre es un desinfectante natural y elimina todas las bacterias del cepillo.
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• Bicarbonato de sodio y vinagre. Un combo natural para la desinfección. Solo tenemos que mezclar dos cucharadas de bicarbonato y dos de vinagre, sumergir el cepillo un par de horas y enjuagarlo muy bien para que no quede bicarbonato, puesto que puede arañar el esmalte. Después dejamos que seque al aire libre.
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• Agua hirviendo. Sin duda el método más económico, rápido y seguro. Solo tenemos que meter el cepillo en agua hirviendo durante dos minutos y después, enjuagarlo con agua fría y dejar que se seque. ¡No hay bacteria que resista el agua hirviendo!
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• Colutorio. Si usamos uno, solo tenemos que dejar el cepillo dentro de un poco de enjuague durante una hora para que desinfecte nuestro cepillo y quede listo para su uso.
El cepillo de dientes nunca debe usarse más allá de tres meses e incluso hay que cambiarlo antes si hemos estado enfermos o pasado por algún proceso vírico. Aun así, tenemos que mantenerlo en buenas condiciones y libre de bacterias, con una desinfección a la semana, lo tendremos listo y preparado para la acción.