Los ratones sin gustducin desarrollan una pérdida acelerada del hueso que sostiene los dientes y una periodontitis inducida por ligadura más severa, como se muestra en la izquierda y en las imágenes de tomografía computarizada (izq) - MONELL CHEMICAL SENSES CENTER
Investigadores del Centro de Sentidos Químicos Monell (Estados Unidos) han descubierto
unas células sensoriales en las encías, denominadas células quimiosensoriales solitarias
(CCS), que protegen la boca contra la periodontitis, una enfermedad que daña los tejidos
blandos y destruye el hueso que sostiene los dientes.
Con la ayuda de receptores de sabor amargo que también detectan subproductos de
bacterias dañinas, estas células especiales de las encías activan el sistema inmune para
controlar la cantidad y el tipo de bacterias en la boca. Según explican los investigadores en
un artículo en la revista 'Nature Communications', podrían algún día conducir a tratamientos
dentales personalizados contra la enfermedad de las encías.
"Estas células sensoriales podrían proporcionar un nuevo enfoque para el tratamiento
personalizado de la periodontitis al aprovechar el sistema inmunológico innato de una
persona para regular su microbioma oral", asegura el autor principal del estudio, Robert
Margolskee.
El equipo demostró que eliminar moléculas que señalan el sabor como la gustducina o
eliminar genéticamente las CCS de la goma de mascar en los ratones conduce a un crecimiento excesivo de bacterias orales patógenas y periodontitis. Por el contrario, la
estimulación de los receptores de sabor amargo en las CCS promueve la producción de
moléculas antimicrobianas.
Los ratones sin gustducina en sus CSS tienen un conjunto de microbios más dañinos en sus
bocas, en comparación con los ratones normales, lo que implica que la falta de gustducina
desconecta la señal molecular de las células centinela a otros sistemas. Las diferencias en
la composición bacteriana oral de los ratones sin ráfagas de mucosa en comparación con
los ratones normales ocurrieron antes de que se produjera cualquier pérdida de hueso en las
encías, lo que implica que las diferencias en el microbioma oral podrían utilizarse como
presagio de la enfermedad.
En estudios previos con otros tejidos, los investigadores encontraron que la activación del
receptor de sabor amargo 'TAS2R38', que se expresa en las CCS nasales humanas, estimula
la secreción de péptidos antimicrobianos (AMP) que reprimen el crecimiento de patógenos
respiratorios.
Para examinar los efectos de la estimulación repetida de las CCS de las encías sobre la
periodontitis (y la liberación de AMP de las encías) en su estudio, los investigadores
aplicaron un enjuague bucal que contenía la sustancia ultra amarga denatonium a las encías
de los ratones dos veces al día. Esta goma activa CCS así como sus moléculas
antimicrobianas, que redujeron la periodontitis en ratones normales, pero no en los animales
susceptibles a la periodontitis sin gustducina.
Después de recibir el denatonium, los ratones normales mostraron una mayor liberación de
un AMP llamado B-defensin, que fue producido en más del doble de los niveles observados
en ratones de control tratados sólo con enjuague bucal salino. Por otro lado, cuando a los
ratones sin ráfagas de mucosidad se les dio denatonium enjuague bucal, no hubo efecto
sobre el nivel de B-defensin.