Hay muchas causas que pueden llevar a la extracción dental.
Los dientes rotos pueden requerir la extracción, así como los dientes muy destruidos con caries que no pueden tratarse.
Aunque los dentistas también pueden tener que exodonciar dientes torcidos por indicación de ortodoncia, ya que comprometen la alineación dental por culpa de la falta de espacio.
Lo mismo puede suceder en dientes con movilidad avanzada debido a la Periodontitis o una enfermedad periodontal avanzada. La extracción dental preventiva más común es aquella de de las muelas del juicio.
La extracción dental es el tratamiento odontológico que se realizará ante una pieza dental no tratable de forma conservadora y que puede suponer un riesgo para la salud oral.
Un diente, siempre que ello sea posible, se deberá tratar y no extraer. Siempre que sea posible, se deberán valorar las ventajas y desventajas del tratamiento.
Asimismo es muy importante conocer la importancia de la rehabilitación posterior de los espacios edéntulos, es decir, de las zonas sin dientes.
Por lo tanto es muy importante rehabilitar los espacios de los dientes extraídos sea con la colocación de implantes dentales (la mejor opción de tratamiento), prótesis re-movibles o fijas.
Una extracción dental es el último tratamiento odontológico posible de un diente. Normalmente, este tratamiento se llevará a cabo cuando no es posible restaurar o tratar una pieza dental.
Es decir, este es un tratamiento por el cual se extraerá una pieza dental que presente daños irreparables. Estos daños podrán estar causados u originados por:
Asimismo, la extracción dental puede estar indicada ante la ausencia de espacio en los maxilares para, mediante un tratamiento de ortodoncia, el correcto posicionamiento de los dientes.
Antes de realizar cualquier extracción dental, el dentista valorará no solo el estado de las piezas dentales, sino que asimismo, valorará los antecedentes médicos del paciente y realizará un estudio radiográfico.
El estudio radiográfico permitirá visualizar la longitud, forma y posición de la pieza dental a extraer, información capital para poder planificar de forma adecuada y segura la extracción dental.
Normalmente la extracción dental se realizará mediante el empleo de anestesia local, lo que permitirá que el paciente no note molestias o dolor durante la realización del tratamiento.
Este tratamiento se deberá llevar a cabo ante:
La extracción de una pieza dental con una infección impedirá la extensión de este proceso infeccioso a los demás dientes y a todo el cuerpo.
Un proceso infeccioso oral y dental puede afectar de forma grave e importante a nuestra salud general.
Aquí enumeramos una serie de claves muy importantes para una correcta cicatrización. Estas son:
Tras la extracción dental deberemos realizar una fuerte compresión en la zona de la extracción mordiendo fuertemente una gasa por un tiempo de una hora aproximadamente.
Si al retirar esta gasa aún perdura el sangrado, deberemos repetir la compresión fuerte hasta que la hemorragia o el sangrado cese por completo.
Si con el paso de las horas el sangrado no cesara, se deberá acudir a la consulta dental.
Durante las primeras 24 horas tras una extracción dental no deberemos escupir ni enjuagar ya que ello provocaría la expulsión del coagulo formado y una nueva hemorragia en la zona de la extracción.
Muchas personas presentan mal sabor de boca tras una extracción dental y escupen, ello es un error que puede retrasar el proceso de cicatrización además de conllevar un largo sangrado.
Ello solamente el día de la extracción.
Al día siguiente deberemos cepillar correctamente nuestros dientes y encías, siempre, tras cada comida, al menos durante tres minutos y asimismo, deberemos tener cuidado de la zona de la extracción.
El calor es vaso-dilatador, es decir, en el caso de haber realizado una extracción dental favorecerá el sangrado, por ello, lo evitaremos.
Durante las primeras 24 horas tras una extracción dental, todo lo que comamos y bebamos deberá ser frío o a temperatura ambiente.
Evitaremos el uso de pajitas para beber ya que la presión puede favorecer al sangrado.
Ni ejercicio ni grandes esfuerzos, al menos durante las 72-96 horas posteriores a una extracción dental.
Como en los casos anteriores, un esfuerzo tras este tratamiento podría provocar la expulsión del coagulo, un sangrado y una demora en el proceso de cicatrización.
Podremos consultar con nuestro dentista siempre ante cualquier duda ya que no todos los deportes son iguales, así como las extracciones.