Llagas, úlceras orales, úlceras aftosas, aftas bucales y estomatitis aftosas son algunos de los nombres por los que se las conoce. Son heridas o lesiones muy dolorosas y de hasta unos 10 mm de diámetro que aparecen en el interior de la cavidad bucal, y, en la mayoría de casos, son benignas y suelen curarse en una o dos semanas. Aunque todavía no se puede explicar por qué, se sabe que afectan al 20% de la población, más a las mujeres, a los menores de 40 años, a los no fumadores y a población con mayor nivel socioeconómico.
En la mayoría de los casos son consecuencia de un mordisco accidental mientras masticamos o un traumatismo o golpe, como la rozadura de una ortodoncia. Sin embargo, en otras ocasiones se cree que pueden estar relacionadas con causas tan dispares como:
Es importante no confundir las llagas con los herpes labiales, también conocidos como calenturas o boqueras y producidos por el virus del herpes simple. Estos son ampollas que aparecen en la parte exterior de la boca y son muy contagiosos.
Las llagas comienzan como una pequeña protuberancia roja y acaban en úlcera abierta. Su centro es blanco o amarillento y pasan a ser de color gris justo antes de comenzar a curarse. Además, no son contagiosas y sí recurrentes. Tras varios días, según su tamaño y localización, suelen desaparecer por sí solas sin dejar cicatriz.
Las llagas comienzan como una pequeña protuberancia roja y acaban en úlcera abierta.
Hay tratamientos que aceleran su cicatrización y alivian el dolor. En la farmacia nos pueden aconsejar el más indicado para cada situación. Suelen ser cremas, geles, aerosoles y colutorios que protegen la llaga, alivian el dolor y tienen propiedades antisépticas. De ahí que muchos estén hechos a base de aloe vera, povidona, lidocaína y clorhexidina, entre otros ingredientes
También existen los remedios caseros a base de enjuagues con bicarbonato sódico o sal en agua y de aplicar agua oxigenada diluida en agua directamente sobre la llaga.
Deben evitarse alimentos condimentados, salados y picantes porque causan dolor.
Tener una correcta higiene bucal también puede ayudar a reducir la aparición de las llagas. Conviene usar colutorios antisépticos y cepillarse la boca sin hacerse heridas en la cavidad oral, por lo que se recomienda un cepillo de filamentos suaves.
Sería necesario recurrir al dentista o médico estomatólogo cuando: