Los riesgos de no ir nunca al dentista: esto es lo que tus encías dicen de tu estado de salud

Encías sangrantes o en mal estado pueden destapar dolencias pulmonares y cardiovasculares.

Las encías y el corazón tienen una relación íntima. Más estrecha y personal de la que pensamos. Pero, ¿cómo es posible? ¿Encías y corazón? Sí. Y es que los odontólogos pueden avisarnos de un posible problema cardiovascular a través del estado de nuestras encías. Por lo que una encía en mal estado y por ende una boca no muy saludable, no sólo pueden estar perjudicando nuestra salud bucal sino también nuestra salud cardiovascular. Pero ¡ojo! también unas malas encías pueden aumentar el riesgo de padecer en el futuro otras patologías…

Lo más importante de todo es mantener una buena higiene oral -aunque en ocasiones no le prestemos la atención que merece- y acudir al dentista, al menos, dos veces al año, aunque no nos duela nada.

Es cierto que los españoles somos poco amigos de visitar al dentista. Según una reciente encuesta publicada este pasado mes de octubre por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 23% de los españoles sólo acude al dentista en caso de problema agudo. Al 30% "les da miedo" y el 57% piensa que "es demasiado caro".

Pero es aconsejable ir al dentista, porque además de cuidar nuestra boca, los odontólogos tienen también un papel importante en la prevención de las enfermedades cardiovasculares; que no olvidemos, siguen siendo a día de hoy la primera causa de muerte en España, ocupando el 30% de todos los fallecimientos.

De la mano de Mª José Jiménez, especialista en periodoncia e implantología de la Clínica Dental Ciro en Madrid, conoceremos la importancia de cuidar nuestras encías y de cómo podemos tenerlas y mantenerlas sanas.

"Un buen cuidado y salud de nuestras encías puede ayudarnos a preservar una buena salud cardiovascular", afirma a EL ESPAÑOL. Y los datos así lo avalan: los pacientes que tienen algún tipo de enfermedad en las encías, informa la experta, tienen entre un 25 y un 50% más riesgo de padecer un episodio cardiovascular.

El motivo de esta consecuencia es que en una encía en mal estado habrá "un alto nivel de bacterias que pueden pasar al flujo sanguíneo y acabar afectando a otras zonas del organismo. La boca forma parte del cuerpo y por tanto, se interrelaciona con otros órganos", asegura.

Cuando una encía sangra, algo no va bien

Una buena salud en las encías o lo que es lo mismo una buena salud periodontal se da cuando se tienen unos dientes en buen estado, es decir, unos dientes anclados en el hueso maxilar, sin ninguna alteración ni encías inflamadas.

Por ello, "cuando una encía sangra, algo no va bien", afirma Jimenez. Una encía sana nunca debería sangrar, por ejemplo, al cepillarnos los dientes. Y éste será -el sangrado de encías- el síntoma más característico que podremos notar enseguida. Si nos sangran las encías, deberíamos acudir al dentista para que nos las revise.

Pero también hay otros signos o señales de alarma -además del sangrado de encías- que nos indican que puede que algo no vaya bien. Según expone la periodoncista: enrojecimiento de las encías; mal aliento; hipersensibilidad al frío; movilidad o separación de los dientes; dientes más largos o incluso su pérdida.

Si a alguien le ocurre esto, debe saber que las enfermedades periodontales son muy comunes. Tal es así que, según informa Jimenez, entre el 85-90% de los mayores de 35 años padecen alguna de estas patologías, sobre todo la gingivitis, es decir, una inflamación superficial de la encía o lo que es lo mismo, la primera fase o la forma más leve de una enfermedad periodontal.

Pero entre un 30-38% de los mayores de 35 años, tiene la manifestación más destructiva, es decir, la periodontitis, una infección profunda con destrucción ósea. Las formas más avanzadas de la enfermedad periodontal afectan del 4 al 11%. Pese al gran volumen de afectados, muchos de ellos están sin tratar.

Si no se tratan adecuadamente las patologías periodontales se irán agravando hasta provocar la pérdida del diente. Y es importante tratarlas como es debido, pues de no hacerlo aumentará el número de bacterias en las encías, con el riesgo que ello conlleva.

Pero ¡cuidado! las enfermedades periodontales también pueden traer consigo más problemas. "La evidencia científica está constatando que una enfermedad periodontal aumenta el riesgo cardiovacular, favorece la enfermedad pulmonar y también complicaciones durante el embarazo, aumentando el riesgo de partos prematuros", asegura. Por lo que una salud periodontal afecta a más áreas de nuestra salud de las que podíamos pensar.

En el caso concreto de una periodontitis, afirma la experta, "se puede producir inflamación general por medio de un mecanismo de activación a distancia de procesos que pueden terminar provocando trastornos como enfermedades cardiovasculares, o predisponer a la diabetes, hipertensión arterial o hipercolesterolemia e incluso el riesgo de tener partos prematuros".

Tratamiento mínimamente invasivos

La salud de las encías es más que fundamental. Es importante prevenir o tratar estas enfermedades. Aunque es cierto que existen unos factores de riesgo que aumentan -como su propio nombre indica- el riesgo de padecer una enfermedad de encías. Uno de ellos es sobre todo el tabaco: "Los pacientes fumadores tienen hasta tres veces más riesgo de padecer periodontitis", afirma Jiménez.

Otros factores de riesgo son el estrés, las enfermedades generales o defensas bajas (diabetes, osteoporosis, VIH, herpes…); los cambios hormonales en las mujeres; el embarazo; la toma de anticonceptivos orales; la menopausia o tener antecedentes familiares.

Pero en la actualidad, los tratamientos para tratar las enfermedades de encías son muy sencillos, y variarán según el grado de la enfermedad que tenga cada paciente. Según explicaJiménez, la enfermedad periodontal es una enfermedad crónica y hoy en día existen tratamientos para mantenerla inactiva".

Por tanto, lo primero que se hace es un estudio periodontal para comprobar el estado de las encías y los dientes. Una vez estudiado el estado de cada paciente se le aplicará un tratamiento personalizado. Algunos de los tratamientos consistirán en una limpieza completa de la placa bacteriana de la encías o en el raspado y alisado de la raíz al diente, entre otros procedimientos. En los casos más avanzados se harán pequeñas cirugías regenerativas.

"Todo tipo de tratamiento deberá reforzarse -dependiendo de los pacientes y de lo colaboradores que sean- con mantenimientos varias veces al año, con limpiezas específicas para este tipo de enfermedades", asegura Jiménez. Es importante mantener controlada la enfermedad y que no se reactive. Y si se activa, "lograremos paralizarla con tratamientos mínimamente invasivos como es por ejemplo la utilización de láser en las piezas dentales afectadas, sin tener que volver a tratar de nuevo toda la boca".

Con respecto a la relación entre enfermad periodontal y enfermedad cardiovacular, es importante destacar que "un correcto tratamiento periodontal, ayuda a reducir problemas de arterosclerosis. Así, se ha comprobado que tras un buen tratamiento periodontal, hay una disminución de estos problemas. Del mismo modo, el tratamiento de la periodontitis (la forma más extrema de enfermedad) puede reducir los niveles de proteína C-reactiva, y por tanto bajar el riesgo cardiovascular a un nivel considerado de bajo riesgo", explica la doctora Jiménez.

Prevención: visitar al dentista 2 veces al año

La prevención de una enfermedad periodontal es sencilla. Basta con realizar tres cosas o acciones importantes que no cuestan mucho esfuerzo. La primera, mantener a diario una buena higiene oral; segundo acudir al dentista cada 6 meses para realizarse una limpieza con un/a higienista y tercero hacerse una revisión.

De este modo "se reducirán las posibilidades de padecer estas enfermedades o incluso se podrán detectar precozmente para mejorar la salud en general y así evitar tratamientos largos y costosos", afirma la experta.

Las medidas preventivas para mantener una boca sana y reducir el riesgo de enfermedades, tanto bucales como de otro tipo, tal y como hemos visto, son también bastante sencillas. La primera de todas es cepillarnos 2-3 veces al día los dientes y encías con pasta dental. También, en ese cepillado, tendríamos que usar una seda dental o cepillos interdentales y por último, enjugarnos con un colutorio indicado para nuestro estado bucal (el que nos haya recomendado el higienista).

La segunda medida es cambiar de cepillo de dientes cada 3 meses; y por último, la tercera medida es acudir a tu clínica dental para realizarnos una higiene completa, y una buena revisión de caries y encías para prevenir así futuras patologías. "Acudir al dentista una o dos veces al año hace que podamos evitar y prevenir males mayores", concluye Jiménez.


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