Las enfermedades periodontales prevalecen especialmente en los niños diabéticos, que manifiestan sangrado de las encías con más frecuencia que los niños sanos.
Los niños con diabetes tipo I, la más frecuente en la infancia, presentan una cantidad excesiva de glucosa en sangre (hiperglucemia) debido a deficiencias en la secreción de insulina.
La incidencia de la enfermedad es de 11 casos por cada 100.000 habitantes1 pero, lamentablemente, esta cifra se está viendo aumentada en los últimos años debido al sobrepeso infantil y el sedentarismo.
La relación más clara se establece con la enfermedad periodontal. Los niños diabéticos manifiestan frecuentemente inflamación de las encías que puede ir acompañada de dolor y sangrado.
No está demostrada la relación entre la diabetes y la aparición de caries; sin embargo, los niños diabéticos tienen menor flujo salivar cuando están en reposo y esto puede favorecer a la destrucción de los tejidos del diente.
La boca seca y el mal aliento se observan con mayor frecuencia en los niños con un mal control de la diabetes.
En cuanto a la flora microbiota oral, los diabéticos son más susceptibles a desarrollar infecciones por hongos.
En ocasiones, pueden aparecer unas pequeñas úlceras blanquecinas que resultan dolorosas.
Por todos estos motivos es importante que los niños con diabetes tengan un control exhaustivo del odontopediatra, aunque sus rutinas de higiene bucal diaria no difieren de las del resto de niños.