La saliva mantiene humectados los tejidos orales, permite la función de limpieza de la boca y regula el acúmulo de bacterias en la cavidad bucal. Sin saliva, actos tan cotidianos como hablar, masticar o deglutir serían imposibles, y patologías como la caries, la enfermedad periodontal, la alteración de la mucosa oral o la halitosis serían una constante.
La sensación subjetiva de sequedad bucal debida a una disminución de la cantidad de saliva, provocada por una alteración del funcionamiento de las glándulas salivales, se conoce como xerostomía, una condición preferentemente femenina que altera la salud general y la calidad de vida de las personas que la padecen.
El 20% de la población de entre 18 y 30 años padece xerostomía, presente en un 40% de los mayores de 50 años.
La eliminación de la causa que produce esta manifestación clínica, así como, cuando esto no sea posible, la estimulación de la secreción salival o la sustitución de la misma con salivas artificiales, serán las medidas terapéuticas indicadas.
Para enfocar correctamente el tratamiento, lo primero que debería conocerse es si el proceso que produce esta sequedad de boca es irreversible o reversible, es decir, si existe una destrucción parenquimatosa glandular, como en el síndrome de Sjögren o en los pacientes con cáncer de cabeza y cuello que han recibido grandes dosis de radiación, o no.
La dieta forma parte del manejo de este proceso, por lo que, a continuación, se recogen algunas de las medidas que deberían instaurarse una vez controlada la causa de la xerostomía:
Los aceites esenciales quimiotipados de canela de Ceilán (Cinnamomomum zeylanicum), de pino silvestre (Pinus sylvestris), de naranja dulce (Citrus sinensis) o de bergamota (Citrus bergamia) 3 veces al día (2 gotas cada vez sobre un soporte neutro, por ejemplo, un aceite vegetal) son un buen remedio natural para la xerostomía, en la que también resultan interesante el aloe vera, el boldo o el té verde. Aplicar una buena higiene bucal algo más distanciada de lo que es habitual de las comidas (mínimo 10 minutos), para que la saliva pueda neutralizar los ácidos y evite dañar los dientes, así como aumentar el consumo de productos que contengan flúor, evitar los colutorios que contengan alcohol o utilizar productos farmacéuticos humectantes de la cavidad oral y/o estimulantes de la secreción de saliva serán otras medidas indicadas en el manejo de esta manifestación clínica.