El orden de salida de los dientes de leche de los bebés depende de cada uno
El primer diente del bebé es un acontecimiento que jamás se olvida. Normalmente, suele aparecer entre los cuatro y los seis meses de edad, pero cada bebé tiene su ritmo y hay que considerar algunas variaciones. Algunos bebés tienen que esperar hasta los 12 meses para lucir su primer diente, mientras que otros pueden nacer con alguno. Es lo que se conoce como "dientes congénitos", un caso poco frecuente que no supone ningún riesgo para la salud del bebé, pero que puede ocasionar algún problema a su madre para la instauración de la lactancia.
El orden en que aparecen los brotes de los primeros dientes es distinto de unos niños a otros y, en el tiempo de aparición, juega un papel muy importante la genética. En general, si la primera dentición de los padres fue temprana, lo habitual es que a sus hijos les ocurra lo mismo. En cambio, la experiencia ha revelado que la espera tiene su recompensa: los dientes que salen más tarde están mejor formados y su dentina es más resistente a la formación de caries.
En cuanto al orden, lo habitual es que primero salgan los incisivos centrales inferiores, luego los superiores, posteriormente los incisivos laterales, después los caninos... y así hasta la erupción de los molares, que suelen ser los últimos y que asoman alrededor de los 30 meses. En general, los bebés completan su primera dentadura de leche, que alberga 20 piezas, alrededor de los dos años y medio, aunque se considera normal que unos la consigan antes y que otros tengan que esperar un poco más.
La salida de los dientes en los bebés prematuros se produce algo más tarde y, en la aparición de la dentición temporal, no suele haber diferencias entre niños y niñas. Sin embargo, en la erupción de los dientes definitivos, se observa un adelanto de entre 6 a 12 meses en las niñas con respecto a los niños, debido a la influencia hormonal.
Se puede observar un pequeño bulto de color pálido en la encía, cuando el diente empieza a abrirse paso, aunque lo más común es que la encía esté roja e inflamada. Suele coincidir con los días en que el bebé está irritable y no encontramos una causa de salud que lo justifique. Y es que mientras algunos niños pasan los brotes de su dentición casi sin enterarse, a otros les produce molestias.
Es normal que se lleven los dedos y los puños a la boca con mucha frecuencia y con un deseo irrefrenable de morder para presionar las encías, que su babeo sea más abundante de lo habitual, producido por la estimulación de saliva que produce la dentición, que presenten una irritabilidad inusual debido al dolor de las encías, lloren más de la cuenta, tengan problemas para coger el sueño, rechacen de la comida por el aumento del dolor que produce la succión, presenten diarrea por el exceso de saliva tragada y fiebre baja a causa de la inflamación.
En la dentición temporal, los dientes suelen aparecer cada cuatro meses. Así, si el primer diente asomó a los cinco meses, los siguientes tipos de dientes saldrán con intervalos de cuatro meses.
Para calmar el dolor que le produce a tu bebé la salida de los primeros dientes, puedes ofrecerle un mordedor, que es un juguete con un líquido dentro que se puede enfriar en la nevera. El frío resulta un estupendo calmante para las encías doloridas. También puedes frotar su encía con un dedo, que previamente hayas metido en agua fría, ofrecerle alimentos y líquidos fríos y darle mucho cariño, pues el acompañamiento le reconforta mucho en estos momentos. Y si todos estos remedios no son suficientes, consulta con tu pediatra sobre la conveniencia de prescribir a tu bebé un analgésico o un antiinflamatorio.