Las rutinarias visitas a nuestro odontólogo cuentan siempre con un decorado omnipresente: un sillón reclinable, un gran foco y unas bandejas abatibles con todo el instrumental que necesita el especialista.
Un instrumental que a primera vista puede abrumar e incluso asustar, en especial el ruidoso torno, pero tiene su razón de ser y cada una de esas piezas cumplen una función muy precisa. Son muchas las horas que tanto médicos como auxiliares pasan formándose para manejar todo ese instrumental.
Lo que primero llama la atención al observar ese instrumental dental en la clínica es su organización, ordenado y esterilizado en bandejas según su fin. Incluso la colocación de cada pieza sigue una serie de normas, con el instrumento que utilizará el especialista colocado más cerca de él y el que se utilice más tarde más alejado en la bandeja. El fin es que el dentista consiga una rutina de trabajo con el auxiliar y pueda encontrar el instrumental con facilidad.
Los instrumentos de uso dental se clasifican en instrumental de mano e instrumental rotatorio. Los primeros, como su nombre indica, son utilizados por el especialista manualmente y no cuentan con ningún apoyo mecánico. Por el contrario, el instrumental rotatorio va unido, mediante mangueras, al equipo dental fijo en el sillón. Permite efectuar movimientos rotatorios a diferentes velocidades moviendo una parte activa del instrumento para diferentes fines.
Una de las operaciones más habituales en las visitas al especialista son las exploraciones de caries, en la que se analiza la existencia de lesiones cariosas en las superficies duras dentarias. Para ello, la bandeja de exploración contiene la sonda de exploración, que puede tener una o dos partes activas, es decir, las zonas diseñadas para su función de detectar caries. En este caso para detectar caries gracias a unos ganchos con distintas formas y grosores. Puede acompañarse de pinzas normales o de pinzas porta algodones.
El espejo de exploración también es una herramienta básica tanto para exploraciones como para otras operativas del odontólogo como apartar las mejillas o la lengua. Permite, con un pequeño espejo en su parte activa, mejorar la visión en zonas complicadas, además de poder reflejar la luz y mejorar la iluminación. Por último tendríamos la sonda periodontal, que aunque no siempre se encuentra disponible, es imprescindible para las exploraciones periodontales. Con una parte activa delgada y milimetrada, se introduce en el surco gingival para conocer la profundidad de este alrededor del diente y determinar la existencia o no de bolsas periodontales., de cálculo subgingival y de sangrado al sondaje.