Cualquier parte de un diente puede ser dañada, generando roturas dentales o microrroturas que pueden desencadenar en mayores problemas. Normalmente, esto causa, en primer lugar, dolor al masticar diferentes alimentos y un aumento de la sensibilidad dental al calor y al frío.
Otra de las características principales de las roturas dentales es que cualquier dolor asociado con un diente agrietado tiende a aparecer y desaparecer. Esto puede hacer que sea más difícil para un dentista localizar el punto exacto de la rotura, especialmente si es muy pequeña. Por eso, cualquier persona que sospeche que tiene un diente fracturado debe concertar una cita con el dentista lo antes posible. Dejarlo pasar puede ocasionar más problemas, dolor e incomodidad con el tiempo.
Cualquier persona que sospeche que tiene un diente fracturado debe concertar una cita con un dentista lo antes posible. Es especialmente importante hacerlo cuando hay dolor e incomodidad.
Pero recuerda: cuanto más tiempo transcurra sin tratar un diente fisurado, más difícil le resultará al dentista salvar el diente. En caso extremo, incluso podría producirse la infección.