El sarro dental es el resultado de una acumulación bacteriana en nuestra cavidad oral.
No solo amenaza la estética de nuestra boca, sino que su formación puede ser la causante de distintas afecciones bucales.
En este artículo, te informamos de cuáles son las causas de su formación y de las consecuencias para la salud bucodental.
El sarro dental -también conocido como cálculo o tártaro dental- es el resultado de la calcificación de la placa bacteriana en nuestros dientes y encías.
Pero, ¿qué es la placa bacteriana y qué consecuencias tiene en nuestra salud dental?
La placa bacteriana, llamada también biofilm dental, es una película transparente de un grosor muy fino sobre la cual se depositan las bacterias que anidan en nuestra boca.
Su presencia en la cavidad oral se remite a edades muy tempranas, siendo su formación inevitable cada vez que realizamos la ingesta de algún alimento o bebida.
Para eliminar la placa bacteriana, los especialistas insisten en la importancia de tener unas buenas rutinas de higiene oral.
En caso de no erradicar el cúmulo de placa de nuestros dientes y encías de una manera efectiva, se calcifica y se produce la formación de sarro.
De color amarillento -o marrón en casos de acumulación más severos-, el sarro es una sustancia dura y más difícil de eliminar que la placa bacteriana.
Además, su superficie es rugosa en comparación con la de los dientes.
Por este motivo, favorece la adhesión de placa y acelera el proceso de acumulación de la misma en dientes y encías.
El sarro subgingival no es tan fácil de percibir como el primero, ya que no se aprecia a simple vista, y su acumulación tiene un riesgo elevado para la salud de nuestra boca.
En primer lugar, la existencia de sarro en nuestra boca tiene una evidente consecuencia estética: su presencia en nuestros dientes y encías afecta negativamente al blanco de la sonrisa.