Entre las razones más comunes por las que acudimos al dentista es para colocarnos algún tipo de implante dental o implantes dentales. Esto se realiza cuando la reconstrucción de una pieza dental no es posible, siendo necesaria su extracción. O cuando hemos perdido una o varias piezas dentales.
Los implantes dentales son una solución segura, eficaz y duradera para reemplazar a nuestras piezas originales. Asimismo, los implantes dentales no solo cumplen con una función estética, sino que también son funcionales al ayudar a mantener una buena mordida y salud bucodental.
Antes de profundizar en el tipo de implantes dentales que existen, vamos a explicaros qué son los implantes dentales.
Como hemos dicho, los implantes dentales son la solución ideal cuando te falta alguna pieza dental. Estos son fijaciones de titanio que se colocan en el hueso para sustituir dientes deteriorados o perdidos.
Es decir, se coloca un tornillo de titanio dentro del hueso maxilar, si el hueco se encuentra en la parte superior de la boca, o en el hueso mandibular, si se encuentra en la parte inferior.
El tamaño de un implante dental dependerá del hueco que haya dejado el diente que se haya caído o deteriorado. Cuando te colocan un implante, es importante que el dentista compruebe el estado de tu encía.
Así, cuando haya podido comprobar que tienes masa de hueso suficiente para colocarte el implante dental, procederá a ello. Esto se comprueba mediante radiografía de tu cavidad bucal.
Tipos de implantes según el material empleado Por norma general, se consideran principalmente un tipo de implantes dentales según su material:
La técnica que suele emplear para colocar los implantes dentales de titanio es la osteointegración. Esta consiste en una integración mecánica mediante la cual las células del hueso de adhieren a la superficie del implante, consolidando progresivamente su fijación al maxilar.