Los dientes están formados por la corona (parte visible) y una o varias raíces. El nervio está dentro de los dientes. Siempre va acompañado por pequeños vasos sanguíneos (capilares). El nervio y los vasos se llaman pulpa dental.
Aunque la pulpa es muy importante durante la formación de los dientes, no es necesaria para su funcionamiento.
La causa más frecuente es: la caries profunda. Otras razones que pueden llevar al tratamiento de nervio son:
La caries es una infección provocada por las bacterias que viven en la boca, capaces de transformar los ázucares en ácidos que disuelven el esmalte, agujereando los dientes.
Cuando la caries alcanza zonas más profundas del diente, las bacterias irritan la pulpa y esta se inflama. Ello suele originar dolor con el frío.
Si la caries continua, sin que el diente sea tratado, la inflamación es tal que la pulpa dentaria pierde su capacidad de defensa o recuperación.
La pulpa (nervio y vasos) está encerrada en el interior del diente y cuando se inflama, no tiene espacio para expandirse, por eso el dolor es tan intenso. Cuando la inflamación es intensa, el frío, el calor y la masticación desencadenan el dolor. Si no vamos al dentista para solucionarlo, el dolor aparecerá sin hacer nada especialmente por la noche, porque la postura facilita la irrigación de la zona y con ella la llegada de células que intentan controlar la inflamación.
Si tienes dolor con frío o calor que no desaparece rápidamente o dolor sin hacer nada, es imprescindible hacer un tratamiento de nervio para detener la infección.
Si el diente inflamado no se trata, dolerá hasta que el nervio se descomponga del todo (horas, días o semanas). Entonces el dolor desaparecerá, y las bacterias se instalarán cómodamente dentro del diente.
La batalla entre las bacterias y las defensas continuará en el hueso que rodea las raíces.Y con el tiempo volverá a dar problemas: dolor, flemones, fístulas, granulomas, quistes.