La saliva es una parte esencial para tener una buena salud bucal y, para mantener unos niveles adecuados de la misma, tenemos que estar bien hidratados bebiendo agua y consumiendo frutas y verduras ¡y en verano más que nunca!
Con la llegada del calor y las vacaciones solemos romper la rutina de horarios, dieta y ejercicio. Esto, sumado a las altas temperaturas repercute en nuestra salud oral. Por ejemplo, solemos beber más zumos, bebidas carbonatadas, energéticas, alcohol y helados. Este consumo crea ácidos que pueden dañar el esmalte y provocar hipersensibilidad. Lo que debemos hacer es beber más agua y consumir más frutas, puesto que llevan mucha agua así como minerales y vitaminas. Consumiéndolas, logramos una saliva con una calidad óptima para proteger los dientes. Por otra parte, en vacaciones solemos comer fuera, por lo que es difícil lavarse los dientes después. En estos casos, la mejor solución es mascar chicles sin azúcar con xilitol, que hacen que creemos más saliva y aumente el PH de la boca para protegerla de bacterias.
Asimismo, con el buen tiempo también hacemos más deporte al aire libre pero, si tenemos una mala salud bucal, esta repercutirá negativamente en el rendimiento. Además, al respirar por la boca mientras nos ejercitamos producimos menos saliva, dejando la boca desprotegida. Es por eso que mantener una buena hidratación mientras practicamos deporte es esencial ¡y tampoco hay que olvidarse de los labios! Si hacemos deporte en la calle hay que usar un cacao labial que los proteja e incluya protector solar para evitar quemaduras.
Finalmente, si pasamos el verano en la piscina o nuestro deporte favorito es la natación, hay que saber que el cloro del agua altera el PH de la boca favoreciendo la desmineralización de los dientes. Para evitarlo, tenemos que cepillarnos los dientes con un dentífrico fluorado y, en el caso en el nuestro dentista lo considere oportuno, usar un colutorio adecuado.